lunes, 14 de septiembre de 2009

Los éxitos de Calderón


Significó todo un éxito para el señor Calderón el mensaje político que dirigió a la nación con motivo de su tercer informe de gobierno. En lugar de informar sobre su trabajo o tal vez hacer un balance de su administración, de la situación política, social y de seguridad del país, por ejemplo, el señor simplemente se saltó en su informe el año sobre el que debía versar y habló del futuro; de cómo deberá ser México, de las tareas que considera necesarias y que no ha hecho. Aunque, claro, no se dijo responsable de nada. Sí, como de costumbre, se dijo convencido... en esta ocasión de que hacen falta reformas, pero de las buenas, de las de a de veras… que hay que pasar de las reformas posibles a las necesarias. Así de contundente, de fuerte, de audaz y de valiente, como Pancho Pantera (según nostálgica gracejada de un diputado panista de apellido ilustre).

Casi se tiró al piso porque sus antecesores y los mexicanos en general no hemos hecho los cambios que él cree salvarían al país. Hasta otra reforma electoral pidió. Seguramente para evitar que algún imitador se imponga en la presidencia mediante un fraude electoral. También (no se sabe si amenazó a los trabajadores o les prometió a los empresarios) mencionó la tan anhelada reforma laboral que de plano borre hasta de la ley los pocos derechos que nos quedan al menos en el papel. Y así por el estilo…

En resumen, el mensaje fue: no hice nada, no pude cambiar nada, pero el futuro, ¡ah, el futuro! Ese será lindo, porque tendremos todo lo que anhelamos y la felicidad invadirá nuestros corazones… Obviamente, el mensaje no era para toda la nación sino para quienes de manera amable y desinteresada ayudaron apagar y a convalidar el fraude electoral que lo colocó en la presidencia.

Aunque demagógico y escapista el mensaje de Calderón fue todo un éxito, pues puso a todo mundo en los medios a discutir los sueños guajiros del señor presidente.

Otro exitazo del equipo de Calderón fue la presentación de su propuesta económica para el año 2010, salvo por las pequeñas groserías que le hicieron a los diputados. Es tan agresiva y cruel la propuesta presentada por Cartens en nombre de Calderón, que cualquier cosa que salga de los debates de la cámara de diputados, será presentada en los medios de comunicación como un éxito de concertación y como una conquista de la oposición. “Los salvamos del IVA disfrazado”, tal vez nos dirán.

Paradójico que quién un par de semanas antes convocara a hacer las reformas necesarias, para no quedar limitados a las posibles (en un juego de ideas un tanto poético pero carente de apego a la realidad), enviara al congreso una propuesta que se propone sacar el dinero de donde ha salido en décadas: los trabajadores (la mayoría de los consumidores son los mismos trabajadores) y el petróleo. Pero a los grandes empresarios no se les toca ni con el pétalo de un impuesto.

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